por qué me gusta escribir XIV
Los mensajes escritos, antes de la existencia del multimedia, eran el mejor formato para la conservación y transmisión de la cultura.
Ninguna cultura transmite de manera tan efectiva el detalle de la introspección, permitiendo hacer un análisis en relación al contexto en el que se desarrolla.
Todos los mitos que sostienen a la cultura, son transmitidos a través de escritos recolectados de expresiones orales. A través de la palabra escrita vuelven a renovarse y reactualizarse. Al incorporar en esos relatos, experiencias personales, se acercan físicamente al contacto específico desde donde son producidos.
Al escribir uno toma toda esa literatura como base de apoyo, para volver a escribir, incorporando lo personal.
Entonces se hace difícil delimitar una línea divisoria entre lo que pertenece a la historia y lo que pertenece a la literatura.
Las novelas históricas muchas veces hacen referencia a personalidades de la historia, pero los hechos no coinciden necesariamente con los de sus biografías.
Me gusta leer las biografías como si se tratara de novelas históricas, quiero decir que tomo los datos puntuales imbuídos en un contexto interpretante; estas biografías tampoco describen el detalle exacto de la vida de nadie; sólo es uno de los relatos posibles a cerca de cómo referirse a esa persona con esos datos.
En estas circunstancias de descripciones, no me importan los datos puntuales, le doy más importancia a la relación de fuerzas que se da entre los protagonistas, para resaltar una historia.